El saldo de la 4T y de Morena
Por Mario A. Medina
En estos siete años de gobierno de la Cuarta Transformación (4T), incluido este primer año de gobierno de la presidentA Claudia Sheinbaum, este periodo se caracterizó por la justicia social. Más de 13 millones de mexicanas y mexicanos salieron de la pobreza.
Los gobiernos morenistas, el de Andrés Manuel López Obrador y el de Claudia Sheinbaum priorizaron sus políticas a favor de los que históricamente tienen menos: desde 2018 el salario mínimo ha aumentado el 135%; pensión para mujeres de 60 a 64 años, becas para estudiantes, salud casa por casa; eliminación de deudas de créditos de INFONAVIT, FOVISSSTE; construcción de viviendas para familias con salarios bajos y se sigue atendiendo las causas de la inseguridad.
La educación media y media superior se consolidó como un derecho, miles de nuevos espacios se abrieron en las universidades, la nacional Rosario Castellanos y la Benito Juárez.
La salud también fue enfocada como un derecho universal de calidad y gratuito. Se finalizaron 31 hospitales y 12 centros de salud, se equiparon 256 quirófanos e inició la construcción de 20 hospitales; personas con discapacidad y adultos mayores reciben atención casa por casa.
Estos, tal vez, fueron los logros más destacados en el ámbito social, pero también han sido muchos más los alcanzados en materia económica; se recuperó la soberanía energética; se modernizaron nueve puertos y nueve carreteras, caminos artesanales. Se construyeron, dos aeropuertos y seis rutas de trenes de pasajeros y carga; el Maya, el Interoceánico, el Insurgente y se inició la edificación de los trenes del norte.
Logros alcanzados en este primer año de gobierno de Claudia Sheinbaum son muchos, destacadamente, se han alcanzado un importante número de reformas que le permiten funcionar al echar abajo el engranaje legislativo que le daba sustento al modelo neoliberal.
Es claro que, desde el triunfo de la 4T en 2018, el objetivo principal de este proyecto, como ya señalaba, es “Por el bien de todos, primero los pobres”. Hasta aquí, todo está bien. Sin embargo, también es claro que lo que viene, lo que tendrá que enfrentar en los próximos años tanto el gobierno de la presidenta Sheinbaum y Morena, no será cosa fácil.
Ya lo comentaba en mi entrega anterior, la derecha política y mediática ha redoblado todos sus esfuerzos para desestabilizar a la administración morenista a través de la manipulación de la opinión pública, la promoción del descontento social, teniendo como uno de sus ejes, cientos de mentiras y, como maniobra a cumplir, el “golpe blando”.
Esta estrategia, no tenido todo el éxito que habían calculado, más de 73% de las y los mexicanos, en todas las encuestas, favorecen a la presidentA Claudia Sheinbaum, es decir, “avalan su gestión”.
El panorama pinta bien para el modelo de la 4T. Su problema principal es el de la inseguridad, pero también los malos resultados de mucho alcaldes y gobernadores morenistas.
Como bien señaló en estos días Viri Ríos en Milenio, “Morena debe prender las alarmas (…), sobre todo a nivel local, donde muchos alcaldes y gobernadores morenistas son conocidos por su incompetencia, corrupción y, no en pocos casos, su relación de tolerancia hacia el crimen organizado”.
Eduardo Cervantes Diaz-Lombardo, ex dirigente de Morena quien militó en el Partido Mexicano de los Trabajadores (PMT), recientemente hizo señalamientos muy puntuales que podrían llevar al partido guinda a perder no sólo alcaldías, sino gubernaturas y hasta dejar de ser mayoría en congresos locales y hasta en el federal.
Mostró una radiografía que en ese partido pretendenesconder: “gente que miente”, “corrupta”, que “no comparte los fundamentos del proyecto de transformación”, amén de que ha insistido, igual que Paco Ignacio Taibo II: “el enemigo principal de Morena está dentro de Morena”.
Al interior de la 4T y de Morena al revisar cuál es su saldo, no debe ser el de la autocomplacencia, no debe permitirse el síndrome de “Gordolfo Gelatino”. Sería suicida.
La 4T y Morena, en su análisis, debe revisar de manera seria, lo que a nivel del continente está sucediendo: la derecha ha ido triunfando en las elecciones presidenciales. El más reciente y hasta preocupante, el triunfo del ultraderechista y pinochetista, José Antonio Kast.
Muchos pudimos suponer que el pinochetismo no regresaría a ese país por lo que significó esa etapa de la historia para los chilenos, la de represión, desaparición, muerte, y hasta el nacimiento ahí, del sistema económico neoliberal, la de la escuela de Los Chicago Boys.
De cara a las elecciones federales intermedias en 2027, este 2026 debe servir a la 4T y a Morena para llevar a cabo una amplia y verdadera autocrítica y actuar en consecuencia, “purgarse” como dice Viri Ríos, y rescatar la confianza de muchos militantes y simpatizantes que ven con preocupación que el proyecto cuatroteista está siendo secuestrado por el viejo modelo al que enfrentó y echó en el 2018.
Como en Chile, como apunta Ríos, seguramente la derecha aquí reforzará su narrativa de que en México estamos viviendo una emergencia. El problema de la inseguridad, los medios, seguro, la magnificarán y construirán montones de escenarios catastróficos, uno de ellos, el del “fracaso del gobierno de izquierda”, el de la 4T y de Morena.
Expulsar a quien se tenga que correr y no confiarse, deben ser parte de las conclusiones de su saldo.
Que no le cuenten…
Solidarizarse con Venezuela y su población, es la defensa propia. La presidentA mexicana, en voz alta, repitiendo y subrayando varios conceptos del artículo 89 constitucional, mandó un mensaje a quien corresponda: autodeterminación de los pueblos; no intervención; solución pacífica de controversias, proscripción de la amenaza o el uso de la fuerza. Sí, acertó usted.
Amigas, amigos leyentes de mi columna. Agradezco su lectura a mis textos de este 2025. Me tomo un par de semanas de descanso. Nos vemos el año próximo. Les deseo una feliz navidad con los suyos y que el 2026 esté lleno de salud, alegría, amor y trabajo. Gracias.

