“Omicron”

Por Mario A. Medina

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha cimbrado al mundo cuando dio a conocer una nueva variante del COVID-19, virus que, alertó, como “altamente transmisible y preocupante”. Su nombre: ‘Omicron’.

Los especialistas de la OMS tuvieron un encuentro extraordinario y urgente donde analizaron la información que hasta el momento se tiene sobre una nueva variante del virus que fue detectada en Sudáfrica con una gran cantidad de mutaciones. Es la quinta variante en recibir la designación. Los expertos han señalado que todavía no se sabe mucho de esta variante, y que en quince días se podría tener más información sobre sus alcances de afectación en la población mundial.

La noticia provocó el desplome de las bolsas y que la Unión Europea recomendara suspender los vuelos desde el sur de África. No es para menos, luego de que el Covid Sars-Cov-2ha matado a millones en el mundo y ha puesto en jaque a las economías de todo el mundo.

La investigación debe ponernos a todos, gobiernos, sociedad, empresarios y medios de comunicación a reflexionar sobre los alcances de lo que podrían significar los mecanismos para enfrentar esta variante que, como señala la OMS, podría ser “altamente transmisible y preocupante”.

En nuestro país, se ha empezado a señalar que el gobierno “no hará nada” para frenar posibles contagios por esta nueva cepa. Las criticas tienen cierta razón, pues México no hizo nada para evitar en lo posible la llegada del Covid a través de nuestras fronteras. Una de las razones, se argumentaba, fue para no frenar la economía y que ésta no colapsara.

Efectivamente es de primera importancia que el gobierno y los principales sectores del país se sienten a encontrar mecanismos que permitan que la economía no vuelva a frenar. El gobierno, evidentemente, no tiene en mente que volvamos al “Quédate en Casa”; sería un desastre, pero también sería una catástrofe que, a las miles y miles de muertes, producto del Sars-Cov-2, se sumen nuevas desgracias por anteponer, por ejemplo, el aspecto económico. Se requiere de un análisis muy riguroso, sí, económico, pero también científico.

¿Cuánto ha constado a las finanzas públicas la atención en hospitales a miles y miles de mexicanos? Por eso es plausible el que el Presidente Andrés Manuel López Obrador haya mencionado que su gobierno analizará si los adultos mayores y otros segmentos de la población deben recibir una tercera dosis de la vacuna contra el Covid-19. Es importante que el gobierno analice con seriedad tal posibilidad, pues no sería deseable que nos digan que no es necesario una tercera vacuna y, a la mera hora, después de muchas muertes y millones de pesos erogados por hospitalizaciones nos digan que siempre sí, como ocurrió con la decisión de sí vacunar a menores y jóvenes.  

Como sociedad tenemos una principalísima responsabilidad. Es común que se le culpe de todo a los gobiernos. Si bien la pandemia hizo que, afortunadamente, una mayoría de la población tomáramos muy en serio todo tipo de medidas para protegernos, incluso acciones excesivas, también es cierto que lamentablemente también hubo muchísimos descuidos que provocaron contagios en casa, en la oficina; no se diga en reuniones y fiestas, provocadas por el “valemadrismo” o aquellas versiones sin ningún sustentoque afirmaban que el Covid era “puro cuento”, versiones que se replicaron exponencialmente en redes y que por desgracia tuvo eco gracias a la ignorancia  y falta de información de varios sectores de la población que es propicia a “borregarse”. 

Sí, el cubrebocas, la mascarilla, la careta, como se le llame,nos es sumamente incómoda, instrumento que lamentable o afortunadamente ha pasado a formar parte de nuestro rostro, un rostro que no queremos tener enmascarado, pero que tenemos que aprender a llevarlo, probablemente por mucho tiempo más, pero que, junto con el lavado constante de manos, es uno de nuestros mejores aliados, además de que nos protege y puede salvarnos la vida. 

Los empresarios, sea los que sean éstos, desde los grandotes, grandes, medianos, pequeños y comerciantes callejeros,deben asumir que su tarea continúa, y esta es la de tomar las medidas necesarias que protejan a sus empleados, a sus trabajadores, a sus clientes. Es importantísima su función, que la economía esté activa. No nos debemos imaginar, siquiera, que las empresas, los comercios, la venta callejera vuelva a cerrar, a quedarse en casa. Sería, insisto, la catástrofe, pero no sólo para el gobierno de la 4T que muchos, desde la oposición, a eso apuestan, sino para todos. 

Finalmente, los medios de comunicación tienen un relevante papel que jugar. Durante la pandemia, muchos medios apostaron al golpeteo, a la desinformación. Es cierto que el mismo gobierno dio pie para que constantemente los estuvieran aporreándolo. Sí, desde la Secretaría de Salud se han cometido varios desaciertos, pero también aciertos que dichos medios se niegan a reconocer. 

Efectivamente uno de los papeles que tienen los medios es “desnudar” errores, malas decisiones, corruptelas, y qué bueno que lo hayan hecho, pero también es verdad que señalados medios y conductores, han hecho de la pandemia un instrumento para descalificar toda acción gubernamental, y no una situación para orientar, advertir a la población de los peligros de lo que representaba y sigue significando para los seres humanos el Covid-19.

Pocos son los medios que se dedicaron, sí, a la crítica, a la crítica constructiva, con sustento, pero también le han dado sentido a una política editorial que ha buscado ubicar a la población sobre la importancia de atender las medidas sanitarias, de situar y no sólo descalificar. Los medios tienen una grandísima responsabilidad social, y esa grandísima responsabilidad es construir, no destruir, y más aún cuando se trata de una pandemia donde están de por medio millones y millones de personas que necesitamos saber qué es lo que enfrentamos y cómo podemos ganarle a un maldito bicho que no vota pero que sí permite que la muerte gane.

Sí a la crítica, a los señalamientos periodísticos que nos permitan a todos a reconocer desaciertos, pero también deben entender el papel social que en esta pandemia malamente han jugado y el papel que buenamente deben jugar. 

Ojalá que Covid deje de ser pretexto de golpeteo, de salida para ganar simpatizantes y poder volver a recuperar el poder y regresar al pasado, “aiga sido como aiga sido”; que los verdaderos “peligros” que pueda representar el virus, nos permita como sociedad reflexionar y no reaccionar con ignorancia. Esperemos no nos vuelvan a decir que esta nueva cepa, que el Omicron “nos quedó como anillo al dedo”.

Debemos ser otros frente a esta pandemia, frente a este Omicron, que ojalá suene sólo a algo así como a un personaje “malo” de una serie japonesa de dibujos animados,

Ojalá todos hagamos frente común al Sars-Cov 2, y derrotemos juntos al Omicron, sea cual sea su peligro. Eso necesitamos.   

Que no le cuenten…

Las instalaciones del Sistema de Transporte Colectivo(Metro) son consideradas por su reglamento en su artículo primero como “zonas de alta seguridad” y su objetivo, principal es el transporte de pasajeros. Sin embargo, desde siempre hemos visto que trenes, andenes, pasajes han sido invadidos por mafias de comerciantes. 

En las últimas semanas quienes viajamos por diversas líneas del Metro nos hemos percatado de cómo supuestos grupos de feministas, por esta condición, ocuparon varios espacios de diversas líneas, impidiendo el caminar de los pasajeros. San Lázaro, Garibaldi, Hidalgo, Chabacano, Salto del Agua.

Sin embargo, estos grupos de mujeres fueron superadas por vagoneras que poco a poco se fueron adueñando de dichos espacios; por fortuna las autoridades del STC y de la SSPC de la CDMX están teniendo presencia diaria y a toda hora para liberarlos, aunque aún falta mucho y falta poner mano dura. ¡Ah!, por cierto, urge liberar las salidas de las estaciones Lagunilla y Tepito, cuyos vendedores dejan para salir o entrar espacios de menos de un metro. Cuidado les testerees sus mercancías.