Los Periodistas

Por Mario A. Medina

Juan Aguirre Abdó quien en junio del 2019 sustituyó a su padre Francisco Aguirre Gómez al frente de la dirección general de Grupo Radio Centro (GRC) convocó, vía correos electrónicos y Whatsapp a una reunión por teléfono a Álvaro Delgado y Alejandro Páez Varela, Los Periodistas, quienes, por fin, con su trabajo profesional, le habían dado un reconocimiento importante a su cadena de radio y televisión que había dejado de tener cuando se enfrentaron en un litigio legal (2004) con el periodista José Gutiérrez Vivó.

Tras muchas décadas de priísmo y panismo fiel y oportunista, GRC enfrentó, tal vez a su mala suerte o mejor dicho su mal cálculo financiero: Primero, como ya apuntaba, una larga batalla frente al periodista José Gutiérrez Vivó; luego cuando incumplió (2015) con el pago de los 3 mil 58 millones de pesos que ofreció en la subasta por la concesión de una de las dos nuevas cadenas de televisión abierta que había licitado el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT). Por el incumplimiento perdieron una fianza de 415 millones que había dejado en “garantía de seriedad”.

La llegada del Andrés Manuel López Obrador a la Presidencia de la República hizo que GRC calculara la necesidad de “salvar el pellejo”, volverse plurales, críticos, hacerse un poco a la izquierda, por lo que decidieron cambiar su línea editorial-informativa. Dejaron atrás noticieros al estilo Jacobo Zabludovsky (De 1 a 3) y apostaron por periodistas distintos a los cercanos a regímenes del pasado. Apostaron por Julio Astillero, Carmen Aristegui, Álvaro Delgado, Alejandro Páez Varela, Hernán Gómez y Rubén Luengas, reconocidos críticos de los gobiernos priístas y panistas que de ninguna manera se podrían prestar al “golpeteo” informativo como sucede desde otros medios de comunicación contra López Obrador.

Quienes supieron del encuentro vía telefónica, explican que Aguirre Abdó se dirigió a ambos. Les planteó que estaban contentos con su trabajo “profesional”, pero que el programa debería contar con un “supervisor editorial” nombrado por GRC, en pocas palabras que ellos, los dueños de la concesión deberían marcar la línea de Los Periodistas. 

El empresario no tuvo mucho tiempo que esperar. De inmediato tuvo respuesta del otro lado del auricular de Delgado y Páez Varela: “No” le expresaron tajantes, sin darle vuelta, directos y cada uno desde su aparato celular. Someterse a la propuesta del empresario, era doblarse, perder independencia, credibilidad que uno y otro han ganado no a partir de Los Periodistas sino desde su trabajo informativo que a uno y a otro le es reconocido por su trayectoria como reporteros; uno en El Universal, en la revista Proceso y bajo la autoría de varios libros, el otro como escritor y subdirector editorial de El Universal, en la revista Día Siete, editor de Reforma y El Economista, además de estar al frente, actualmente, de la dirección general de SinEmbargo.mx. 

Una cosa era clara, Álvaro Delgado y Alejandro Páez Varela se habían convertido en dos personajes cuyo reconocimiento entre el auditorio de la radio, televisión y en redes sociales está muy por encima, pero al mismo tiempo se volvieron incómodos para GRC por sus trabajos periodísticos y sus análisis críticos y ponderados que han exhibido cómo la derecha empresarial (Claudio X. González), otras sociedades editoriales, periodistas y el PRIAN se confabulan para golpetear a diario a López Obrador y sacar de Palacio Nacional cuanto antes al gobierno de la 4T, pero que al mismo tiempo, no han caído en la tentación de autocensurarse. Han criticado fuertemente a López Obrador por muchas de sus decisiones políticas o desatinos en el gobierno.  

Sí, Álvaro y Alejandro se volvieron incómodos, peligrosos para GRC y por ello desde el Trébol Radio Centro, desde las oficinas corporativas decidieron sacarlos del aire. Ni siquiera se atrevieron a verlos cara a cara unos días antes de que terminara marzo. A ambos les “ofrecieron” además, vía llamada, sólo una hora en la Octava y que se olvidaran del 88.1 de la radio, es decir que Los Periodistas ya no se trasmitiría por Universal. Más aún, buscaron dividirlos, programas por separado para que perdieran fuerza.

Vale preguntar: ¿Por qué Juan Aguirre tomó tal decisión, prácticamente de sacar del aire la emisión que él mismo calificaba como “el mejor programa que tenemos en Radio Centro”? El raiting en el 88.1 y en la Octava a diario crecía, el periodismo que ambos hacían hizo que muchos aplaudieran a los concesionarios por atreverse a no ser como las otras cadenas dedicadas al golpeteo político. Entonces, ¿por qué tirar un programa exitoso que les estaba permitiendo a los Aguirre ganar puntos?

Pregunté sobre esto a unos amigos que conocen algo de las alianzas de la familia Aguirre. ¿Por qué? ¿Quiénes pudieran estar detrás de esta decisión? ¿Quiénes los pudieron presionar?  Dos nombres destacaron: Ricardo Anaya y Javier Corral. Ambos, uno y otro, panistas, son amigos de Aguirre Abdó. Me dicen que no descartan que ellos hayan sido la correa para trasmitir el mensaje de la alianza “Va por México”: “¡Hay que callarlos!”

Los Periodistas no es un noticiero como tal, con los formatos del pasado. Álvaro Delgado y Alejandro Páez Varela, van más allá de sólo dar la noticia, la contextualizan, dan datos importantes que le permiten al auditorio entender qué hay detrás de hechos que otros esconden o callan.   

¿Será que estos dos panistas se acercaron a los Aguirre para hacerles llegar varios mensajes de los empresarios y de algunos integrantes de la Nomenklatura política (panista, priísta y hasta perredista) de este país para advertirles que GRC no iba a hacer favorecido, como no lo ha sido hasta ahora con publicidad privada en la Octava si seguían manteniendo a Los Periodistas y por ello Aguirre Abdó les informó a Delgado y Páez Varela que en adelante tendrían un “supervisor editorial”? porque, insisto, calcularon que éstos simplemente no iban a aceptar el ultimátum como ocurrió.

MVS “sacrificó” a Carmen Aristegui porque estuvo en medio la amenaza de perder la concesión. Los concesionarios de radio y televisión son empresarios y no periodistas y por ello anteponen sus intereses financieros sobre la sociedad. A MVS el gobierno calderonista los amenazó. El manotazo llegó desde el poder. Esta vez, es claro, la advertencia no llegó desde el gobierno de la 4T sino desde la derecha empresarial (“necesitas publicidad de nosotros para sobrevivir”) que va de nuevo por México como en el pasado (“Toma todo”). 

Sí, Álvaro y Alejandro se convirtieron en un peligro, pero no sólo para GRC sino para los intereses de empresarios, periodistas, políticos, sindicatos, de los “abajo firmantes”. Cada día el número de sus seguidores fue creciendo y por lo mismo, desde la derecha política, decidieron quitarlos de manera “elegante” del 88.1 y de la Octava donde creo no exagerar estaban provocando algo así como la “revolución de las conciencias”, y peor aún en tiempo de campañas electorales.

Que no le cuenten

“Acarreo de firmas”. Interesante revisión hizo la revista Zócalo del tercer pronunciamiento público firmado por 2 mil 387 ciudadanos, intelectuales, periodistas y políticos en defensa de la “autonomía” de INE. Se encontró de cómo han ido en aumento el número de firmantes en relación con desplegados anteriores donde igual, le han hecho fuertes reclamos al Presidente López Obrador, por sus actitudes contra ellos y sus negocios. En el desplegado por la “libertad de expresión”, 30 personajes firmaron (15jul2020); en el segundo, “deriva autoritaria…: 650 (17 sep.).  Zócalo encontró que los “abajo firmantes” creció en el tercero, gracias a familiares, amigos, compromisos y lealtades. Por ejemplo, de la familia Garcia Russek suma siete firmas; de la Gómez Mont Urueta, cinco; García del Llano, seis; de la Mastretta (léase Aguilar Camín) seis; Enrigue Zuluaga, siete;Gutiérrez Aranguren, cinco; Gutiérrez Hermosillo seis, con un largo etcétera.