Nacional

El verdadero “Bloque negro”

Por Mario A. Medina 

“Lo que nos falta a la oposición es literalmente la violencia”, afirmó el presidente nacional del PAN Jorge Romero. Era el nueve de junio pasado en el programa de Azucena Uresti en Radio Fórmula. Romero estaba anunciando literalmente que vendrían actos de esa naturaleza de parte de la oposición. Comunicaba que la apuesta de su partido era la violencia.

El pasado sábado 15 de noviembre vimos cómo un grupo de jóvenes, principalmente, acudieron al Zócalo no a protestar; llegaron preparados con diversos instrumentos para derribar las vallas metálicas, agrediendo a algunos de los policías que resguardaban Palacio Nacional.

Este miércoles pasado, Jorge Romero en un artículo que publicó en El Heraldo de México dijo: “Lo que vimos el pasado 15 de noviembre en las principales calles de todo el país no fue una protesta más. Fue una sacudida cívica encabezada por miles de jóvenes”.

La narrativa del presidente nacional del PAN y de muchos sectores conservadores del país, es exactamente la misma, que a esa marcha acudieron miles de jóvenes de la llamada Generación Z. ¿A quién pretende engañar Romero cuando, incluso, la inmensa mayoría de medios de comunicación destacaron la escasísima participación de esa generación, y sí una importante concurrencia de personas mayores? Una de ellas, todavía en Paseo de la Reforma se quejaba a grito abierto. Reclama: “… nos quedó mal la Generación Z, (sólo) participamos los de la A a la Y griega”. ¿Y los de la Z?, le pregunté: “¡Les vale madres el país!”

Por más más que Romero y muchos otros comunicadores se han esforzado en tratar de convencer de que la iniciativa vino de la GZ, los hechos dicen lo contario. Su texto está lleno de mentiras cuando afirma que ningún partido intentó apropiarse de la marcha y que el PAN, aseguró, “nos mantuvimos al margen, como correspondía, sin irrumpir ni interferir”.

Hubiera sido importante ver de manera legítima a jóvenes manifestarse, reclamar por un problema que sigue siendo una piedra en el zapato del gobierno, el de la inseguridad y el de la salud. 

Desde luego que, desde el PAN, el PRI y personajes como Claudio X. González metieron la mano. Desde sus oficinas prepararon, impulsaron y financiaron la manifestación en donde un actor principal en ese propósito fue el empresario Ricardo Salinas Pliego a través de los canales de la televisora TV-Azteca (canal 1 y ADN-40). 

En diversos medios, Romero ha insistido que en su partido se mantuvieron al margen, sin irrumpir ni interferir. Falso. Participaron jóvenes ligados a este instituto político, y otros a la alcaldesa priísta de Cuauhtémoc, Alexandra Rojo de la Vega, y al alcalde, también panista, de Miguel Hidalgo, Mauricio Tabe. 

Se ha documentado la participación de jóvenes de filiación panista y priista. El caso más destacado es el de Edson Saúl Andrade Lemus, quien convocaba a través de sus redes sociales a la marcha; se decía apartidista, pero fue un destacado participante en la campaña de Xóchitl Gálvez.

Ahora se dice perseguido político y hasta, aseguró, tuvo que salir del país porque Morena exhibió un contrato por 2 millones 106 mil pesos que firmó con el PAN nacional; además obtuvo otro (del 1 de enero al 30 de junio), éste del GPPAN en el Congreso de la ciudad de México por 250 mil 633.80 pesos. Tiene derecho a ello. El problema es que se ostentan lo que no son.       

Es claro cómo el PRI, el PAN y Ricardo Salinas Pliego metieron la mano en la convocatoria para que asistieran los de la llamada Marea Rosa y utilizar de manera oportunista el crimen de Carlos Manzo en contra de la presidentA, asegurando que su gobierno lo asesinó. Hay muchas señales que apuntan que fueron ellos los que “calentaron” y financiaron a los esbozados quienes buscaron prender fuego a Palacio Nacional y al edificio del Poder Judicial como, días antes, habían anunciado en redes sociales, sucedería.   

Particularmente buscaron propiciar entre esos jóvenes, un enfrentamiento con los policías de la Ciudad de México y generar acciones de represión en su contra para reforzar su narrativa, la de “gobierno represor”, pero más aún, buscaban cayera, al menos un muerto.

Sin embargo, el siguiente paso que estaba programado, el que muchos pudimos leer y escuchar en medios de comunicación y en redes sociales, el que ponía al mismo nivel a Claudia Sheinbaum con el asesino confeso de estudiantes como lo fue Gusto Díaz Ordaz.   

No nos debemos de sorprender de ello. Son efectivamente unos perversos cuando pretenden comparar lo que ocurrió el sábado en el Zócalo con la matanza estudiantil de 1968, y buscan hacer creer a las nuevas generaciones que la presidentA está actuando como lo hizo aquel genocida.

La demanda que han hecho en estos días de “libertad, presos políticos libertad”, además de ser falso que los detenidos son presos políticos, es perverso porque bien, como dice el periodista Jesús Escobar: “están jugando con la memoria, le están faltando al respeto a la historia con tal de alcanzar sus propios fines”.

La ultraderecha busca provocar “la mano dura, la fuerza por encima de la ley” del gobierno morenista, además de la confrontación y peor aún, cuando lo hacen para llamar a la intervención de EU. Ha dicho Donald Trump: “vi lo que pasaba en México y me preocupó”.

En la última semana las y los mexicanos hemos podido confirmar que la derecha política y la derecha mediática, nada, absolutamente nada, tienen que ver con lo demócratas que se declaran ser. No, nada. Parece que quieren regresar al poder a través del golpismo. 

Quienes atacaron con mazos, sopletes, seguetas, barretas, cuerdas, fueron sólo peones menores, fueron la carne de cañón. ¿Los visibles?, sí. 

El verdadero bloque negro que ideo, preparó, financió, propició y generó la narrativa de que el gobierno de Claudia Sheinbaum es tan represor como el de Díaz Ordaz, está formado por políticos, empresarios, religiosos comunicadores, diplomáticos.

Nombres: Carlos Salinas, Manlio Fabio Beltrones, Ernesto Zedillo, Enrique Peña Nieto, Diego Fernández de Ceballos, Vicente Fox, Felipe Calderón, Ricardo Anaya, Ricardo Salinas Pliego, Claudio X. González, José Antonio Fernández Carbajal, Germán Larrea, Enrique Ramírez, Ciro Gómez Leyva, Raymundo Riva Palacio, Héctor Aguilar Camín, Enrique Krauze, Carlos Loret, José Ramón Cossío, Ronald Johnson, embajador de EU aquí, la CIA, la Conferencia del Episcopado Mexicano, la Derecha-Diario-México. ¡Claro!, también el Grupo Bilderberg. 

Por eso fue importante que la presidentA Sheinbaum, en el 115 aniversario de la Revolución Mexicana haya recordado un pasaje particular, el de “Decena Trágica”, cuando los enemigos del gobierno, entre ellos, Victoriano Huerta y Félix Díaz, conspiraron para destruir el proyecto democrático que Madero representaba con la intervención del embajador de EU Henry Lane Wilson. Efectivamente el “Bloque Negro” de ese entonces, propició la caída del gobierno legítimo.

No olvidemos la historia.

Que no le cuenten…

Frente a estos experimentados y rudos, el “Bloque Blanco”, los del CEN de Moreno, incluyendo diputados y senadores, ya se les olvidó que existe una “mafia del poder”, y han dejado sola a la presidentA. Pareciera que no tienen idea que aquellos son asiduos lectores y alumnos brillantes de Maquiavelo y de Fouché. Sí, el genio tenebroso.

Los morenistas siguen sin entender que a ellos les toca ser los punching bag de la presidenta. En español, los que reciban los golpes, pero también que les toca responder. Solo se le ve al diputado Arturo Ávila.