Ricardo Monreal, aliado de las causas del campo

Ricardo Monreal, coordinador de Morena en el Senado, se dijo aliado de las causas del campo, por el amor a la tierra que su padre, Don Felipe Monreal Huerta, le inculcó desde pequeño.

En un video difundido en sus redes sociales, el zacatecano recordó su infancia en Fresnillo y recalcó que Don Felipe también le enseñó a ayudar a las personas y por eso estudió Derecho.

“A mi padre le gustaba la política. Aunque había estudiado hasta segundo año de primaria, era líder campesino y yo desde pequeño como iba con él a las comunidades, decidí estudiar Derecho y ayudarlos, así fue como empecé a querer la tierra y al campo”.

Cabe recordar que Ricardo Monreal considera que el Estado debe impulsar al sector primario, pues es uno de los principales detonadores de desarrollo económico.

En este sentido, durante las presentaciones de su libro “Otro campo es posible”, que Monreal realizó por varios estados del país, se pronunció por destinar más recursos para construcción de presas e infraestructura hidráulica, así como facilitar el acceso a créditos baratos, impulsar la organización de productores y garantizar seguridad social, seguridad jurídica y seguridad pública en el medio rural.

“Para que México salga adelante se necesita que se apoye al campo, porque “si no volteamos” hacia este sector “vamos a batallar más”, porque aquí es donde se producen los alimentos que consumimos y “es el único detonador de desarrollo económico y social”, indicó.

Ricardo Monreal reiteró que para que el campo mexicano produzca, requiere de seguridad jurídica, para que los dueños de la tierra se sientan seguros de su patrimonio.

Así como seguridad social para los trabajadores de la industria de agroexportación y agroalimentos, a fin de que cuenten con seguro social y puedan gozar de una pensión digna cuando hayan trabajado los años que la ley señala.

Por ello, el legislador presentó en el año 2018, una iniciativa que abroga la Ley Agraria y expide la Ley para el Desarrollo Agrario.

El proyecto propone crear una nueva legislación en materia agraria que transforme al campo mexicano, colocando al ejido y a la comunidad en el centro del desarrollo, impulsando una gobernanza responsable de la tenencia de la tierra, que contribuya a combatir la pobreza, e impulse la seguridad alimentaria.