La amnesia de la oposición

Por Mario A. Medina

Hagamos un ejercicio de imaginación:

“El presidente Andrés Manuel López Obrador anunció este día la contratación de 500 médicos especialistas, entre alemanes, españoles, ingleses y canadienses, que en las próximas semanas llegarán al país para luego ser trasladados a las zonas más pobres del territorio nacional.

“El anuncio fue aplaudido por diversos sectores sociales que festejaron el que México pueda contar con médicos extranjeros “que hacen tanta falta en el país”, señalaron, al tiempo que, dijeron, “es una buena decisión frente a la negativa de médicos mexicanos que sólo quieren trabajar en grandes ciudades, hospitales privados y no en clínicasrurales”. 

¿Cuál hubiera sido la reacción de dirigentes de partidos políticos de oposición, organizaciones empresariales, grupos sociales, articulistas y demás, si así hubiera sido el anunciolopezobradorista? Estoy seguro de que el aplauso habría sido casi unánime; aunque sí, algunos como “Va por México, hubieran encontrado el prietito en el arroz.

El anuncio de la contratación de 500 médicos especialistas cubanos para venir al país a atender a la población pobre,generó, desde luego, el golpeteo político particularmente de los partidos de oposición y de un sector “intelectual” que no congenia con el Presidente, y al mismo tiempo, mediatizados por éstos, un sector social conservador y de derecha nos ha dejado ver, en una buena medida, que en la población aún prevalece de manera preocupante la xenofobia, el clasismo, el racismo y la discriminación, y más aún cuando se trata de un nacionalidad como la cubana (“¡son comunistas!”, se espantan). 

De manera particular, los dirigentes de los partidos y los analistas de diarios y televisión aplaudidores del priísmo y panismo, o de ambos, practican la amnesia a propósito para que la población que también es olvidadiza no recuerde que ambos gobiernos han firmaron acuerdos en diferentes materias con la cuba de Fidel Castro. 

En la Plaza de la Revolución con la figura del Ché Guevara como marco, el 12 de abril de 2012, Felipe Calderón afirmó que las relaciones entre México y la isla se encontraban en “una etapa renovada”, y externó su confianza de “llevarlas a su mejor nivel, a pesar de nuestros naturales y distintos puntos de vista sobre varios temas”, señaló.

Ese mismo día el presidente panista dijo que a su gobierno le interesaba incrementar la cooperación con Cuba en materia de salud, educación, cultura y deporte y también la cooperación bilateral en materia de energía”.

En aquel momento el panismo no vio en el anuncio calderonista ningún propósito “sospechoso”, salvo fortalecer la relación bilateral entre ambas naciones; hoy la bancada panista en el Senado y el Presidente de este partido, el gris, Marko Cortés, aseguran que el propósito de la contratación de los 500 médicos cubanos es “financiar a la Revolución” castrista.

A los senadores también se les olvida -claro, a propósito- que, en diversas interparlamentarias, ellos, los panistas, han signado acuerdos donde se han pronunciado a favor de la “búsqueda de nuevos caminos para la cooperación en los temas de salud”. Por ejemplo, en la XV Reunión Interparlamentaria México-Cuba, en La Habana, el 26 y 27 de junio de 2015, los parlamentos mexicanos, destacadamente panistas y priístas, “reconocieron seguir apoyando al desarrollo de la proyección comunitaria de los servicios de salud, el apoyo a la formación de recursos humanos, la atención a pacientes mexicanos en Cuba y el desarrollo de programas conjuntos de salud”.

El 15 de junio de 2017, el Secretario de Salud del gobierno de Enrique Peña Nieto, José Narro Robles, encabezó a la delegación mexicana que acordó con la cubana fortalecer su relación bilateral en materia de salud, formar recursos humanos, impulsar la investigación e intercambiar experiencias. 

“En su discurso el priísta reconoció la calidad del sistema sanitario cubano y lo que sus programas han hecho por dar más años y calidad de vida a esa población”, informó en aquel momento El Universal.

El reclamo de médicos mexicanos al presidente tiene algo de razón. Su decisión de no ir a trabajar a zonas “difíciles” de país tiene que ver con al menos dos factores: la inseguridad que prevalece en las zonas donde se les manda a atender a la población.

Es claro, también, temen que sean secuestrados, incluso asesinados y, una segunda, la falta de infraestructura para poder trabajar: hospitales o centros de salud -si los hay- en pésimas condiciones, falta de medicamentos y equipos quirúrgicos, por ejemplo, jeringas, alcohol, gasas, vendas,además de un lugar para poder, al menos, dormirtranquilamente.

El Presidente erró en su descalificación a bote pronto, sin conocer con claridad la radiografía del tema. Es cierto que el sistema de salud mexicano sufre las consecuencias de suprivatización, el asalto sexenal a su presupuesto y una falta de visión que permitiera ver a futuro la necesidad de abrir más espacios en universidades del país para poder tener más egresados, mejor especializados, lo mismo que enfermeras, camilleros, por decir lo menos.

Por lo que toca a los estudiantes y egresados, es entendible que todos busquen tener una mejor situación económica y mejores condiciones de vida. Sin embargo, es cierto también que muchos de quienes estudian medicina no piensan en curar, en salvar las vidas de sus pacientes, piensan en enriquecerse. El principio hipocrático de “no llevar otro propósito que el bien y la salud a los enfermos”, no les preocupa.

Dice el escritor Fabricio Mejía Madrid que cuando un amigomédico de su papá, también médico, le propuso especializarse en cirugía plástica porque era allí donde estaba el dinero, su padre, quien siempre trabajó en hospitales públicos, le respondió: “Yo quiero pacientes, no clientes”.

Cuando priístas y panistas firmaron acuerdos con los cubanos para aprovechar el gran avance de la medicina cubana y de la ciencia, nadie descalificó tal decisión. El anunció de López Obrador se desautoriza, pero no por razones sustentadas, sino por razones políticas e ideológicas,“argumentos chafas”, dice Leticia Calderón presidenta del Patronato, “Sin Fronteras”, y como ella misma dice, por xenofobia y racismo.  

Los opositores al gobierno se aprovechan de su problema de amnesia, pero la verdad es que su amnesia es política, convenciera y golpeadora.

Que no le cuenten…

En días pasados el presidente estadunidense anunció algunos cambios de la política estadunidense hacia Cuba.

¿Qué llevó a Joe Biden a tomar esa decisión? Aumentarán los vuelos, se relajarán restricciones sobre los viajeros estadunidenses a la isla, y de manera destacada se levantará las limitaciones impuestas por el exmandatario Donald Trump a las remesas que los inmigrantes pueden enviar a sus familiares a la isla caribeña, se retirará el límite de mil dólares trimestrales a las remesas familiares, entre otros.

¿Por qué regatearle a López Obrador, como un triunfo de su política internacional, haber orillado a su homólogo estadunidense a dar ese paso? Lo había llamado para que en la próxima Cumbre de las Américas estén presente todos los países y presidentes del continente, “que nadie excluya a nadie”, lo conminó, y toda vía más, que se hayan unido en torno a él la mandataria de Honduras, los de Argentina, Bolivia, Guatemala, incluso el brasileño, y aunque el chilenodijo que asistirá, advirtió, igual que el mexicano, que “la exclusión no ha dado resultados.”