Festejo y autocrítica
Por Mario A. Medina
La de este sábado no sólo debe de ser una manifestación de júbilo, de alegría, tras de haber llegado el proyecto de la Cuarta Transformación al gobierno México; desde luego que sí; un festejo del pueblo al que por fin se le tomó en cuenta en un verdadero proyecto social.
¿Siete años después vivimos en la panacea? ¿Estamos en jauja? Claro que no, pero es evidente que el México de hoy es muy distinto al que tuvimos en el pasado reciente donde por más de 70 años gobernó el PRI, más una “docena trágica” del PAN.
La celebración debe destacar, desde luego, los importantes logros que se han obtenido en estos siete años de gobierno de Morena, pero junto con ello se debe realizar una verdadera autocrítica, sincera, profunda, y no verse al espejo y autoengañarse.
La oposición afirma que hoy vivimos los “peores momentos en la historia del país”; buscan magnificar los errores y desaciertos. Es lógico que lo hagan. Ni modo que aplaudan los importantes logros sociales. No, para nada. Torpedean a diario el proyecto de la 4T; están en su papel.
Desde luego que no aceptarán que Cuarta Transformación se ha significado como “el movimiento político, social y moral más importante de México en lo que va del siglo”.
Lo he señalado en varias ocasiones en todos estos años, éste no fue un simple cambio de gobierno, sobre todo porque en verdad se rompió con el viejo régimen corrupto que favoreció a las clases político-empresariales adineradas y se ha demostrado que el país se puede gobernar a favor de la justicia social.
Este último elemento es el que le ha dado un sustento principalísimo al proyecto de la 4T. Por fin fueron visibilizados millones a quienes el PRI y el PAN ni los veían ni los escuchaban.
Como nunca, se hizo justicia social. 13.4 millones de mexicanos salieron de la pobreza, cuya tasa nacional pasó del 42% al 29%. “Por el bien de todos, primeros los pobres”, no fue sólo una frase de campaña”; es un hecho.
El salario mínimo ha registrado el mayor incremento real en décadas; millones de familias han visto fortalecido su poder adquisitivo. La presidentA acaba de anunciar para el 2026 un aumento del 13% al salario mínimo que aumentará de 278.80 a 315-04 pesos diarios.
Sólo para recordar en el gobierno de Vicente Fox el salario mínimo aumentó 2.56 pesos, con Calderón 13.66, con Peña Nieto, 24.59 y con López Obrador 146 pesos diarios.
Por eso resulta interesante escuchar a la población de adultos mayores, a mujeres, a jóvenes agradecidos. Hablan de que por fin se les tomó en cuenta, porque antes eran insignificantes. Eran simplemente una reserva de votos en tiempos electorales. Una tarjeta Monex o Soriana con 500 pesos para sufragar por el PRI, fue si acaso, el mayor beneficio que llegaron a recibir. No lo olvidemos.
Por otra parte, no coincido cuando se afirma que “México dejó atrás la inercia neoliberal”, porque queramos o no, es imposible despojemos de ese modelo económico, pero es claro que el proyecto de la 4T ha mostrado que es posible convivir con este sistema y que la justicia social sea diaria y una realidad.
Vicente Fox en campaña en el año 2000 hablaba de que la gente estaba cansada y que quería un cambio. Su promesafue la del “cambio verdadero”, pero sólo fue una mascarada, una simulación. Las cosas empeoraron; fue el tiempo en que se confirmó el amasiato entre el PRI y el PAN.
Desde luego insisto, no se puede esperar menos de la oposición política, empresarial y mediática que desde hace siete años se sabe huérfana, porque perdió un sinnúmero de privilegios que busca rescatar como sea.
En estos siete años las y los mexicanos hemos presenciado como nunca en la historia de este país, una guerra total y absoluta contra un gobierno para tratar de tirarlo, no con argumentos, con propuestas, proyectos que convenzan a la población que son mejores frente a que quienes hoy gobiernan. Sus salidas van desde los denuestos hasta las mentiras, pasando por millones de bots.
La relación prensa- gobierno enfrentó un sisma; un rompimiento con el “Cuarto Poder”; una prensa que se sentía intocable, que fue apapachada por décadas por los presidentes de la república. Una relación por conveniencia. “Te pago para que no me pegues”. Andrés Manuel fue años antes víctima de esa prensa que cobraba para pegarle al tabasqueño o simplemente hacerle el vacío. Y sí, estoy convencido, Andrés se las cobró.
La del sábado además de festejar lo logros, porque tienen derecho a ello, pero al mismo tiempo una demostración de fuerza y de respuesta a quienes niegan los logros o pretenden se borren de la memoria, sobre todo en una plaza como la del Zócalo de la Ciudad de México; en días posteriores, el morenismo está obligado a realizar una revisión profunda y sería de lo no alcanzado, de los fracasos; de echar a la calle y mandar al “bote” a quienes tengan responsabilidades, administrativas, penales, políticas.
Es cierto que hay muchos problemas que el gobierno morenista debe atender con prontitud, responsabilidad y profesionalismo. El de la inseguridad sigue siendo su talón de Aquiles; ya no es pertinente echarle la culpa al pasado. El de la salud es otro de los pendientes, aunque hay visos de que este último se está atendiendo.
Ahora bien, Morena, se ha convertido en un gigante con pies de barro, que pareciera que duerme el sueño de los justos, algo así como un volcán inactivo que en nada ayuda a la presidentA Sheinbaum cuando se trata de poner la cara y responder a la oposición.
La concentración de este sábado seis de diciembre, no sólo es para celebrar siete años de la Cuarta Transformación, estambién para que muchos mexicanos y mexicanas y confirmen todo su apoyo a la presidentA y se demuestre la falsedad de que existe una “creciente inconformidad” con su gobierno y que es sólo parte de una guerra mediática, de una narrativa de mercadotecnia.
Ahí están las encuestas publicadas en estos días. El Financiero le da 70% de aprobación, mientras que El Heraldo de México le reconoce un 73%, lo que contrasta con las afirmaciones opositoras de que vivimos en un caos y de que la población ya quiere un cambio.
Celebrar, desde luego, pero el gobierno y su partido se deben a sí mismos como regalo de cumpleaños una seria y sincera autocrítica, y no obsesionarse que todas las descalificaciones son tramposas y convenencieras.
Mirarse al espejo y auto alagarse (Síndrome de GordolfoGelatino) no es recomendable.
Que no le cuenten…
Difícil, muy complicada tarea tendrá la maestra Ernestina Godoy al frente de la Fiscalía General de la República. Tratar de limpiar a esa institución no será tarea fácil. Tendrá resultados mediáticos muy pronto, seguramente, pero hay cientos, sino es que miles de expedientes, manchados de corrupción, de intereses, de personajes a los que no se les tocó, de recomendaciones, de negligencias. La mejor de la suerte para la nueva abogada de la nación.

