Las “Batichicas”; de vergüenza
Por Mario A. Medina
De vergüenza ajena fue el acto que escenificaron las diputadas Gabriela Jiménez Godoy, Vicecoordinadora parlamentaria de Morena en la Cámara de Diputados y Jessica Saiden Quiroz, presidenta de la Comisión de Seguridad Ciudadana, lo mismo que el Coordinador parlamentario de este partido, Ricardo Monreal Ávila.
Ordenó a la primera quitar a su compañera y quedarse ella a la izquierda del secretario de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC), Omar García Harfuch, quien acababa de comparecer ante Junta de Coordinación Política de la Cámara de Diputados en San Lázaro.
Cuando el funcionario estaba exponiendo algunos aspectos de los resultados en materia de seguridad, más que un “tenso momento”, como calificaron algunos medios de comunicación, fue una escena denigrante, de baja estima, sobre todo para Gabriela Jiménez Godoy quien fue a pelear un espacio al lado de Harfuch para salir en la foto.
“Sin embargo, su colega, también de Morena, Jessica Saiden, quien ya estaba junto a García Harfuch, se negó a hacerse a un lado para cederle su lugar, lo que fue evidente ante las cámaras. Al final, Saiden se quedó en su sitio y Jiménez tuvo que volver a donde se encontraba Ricardo Monreal”, destacó el diario El Financiero.
Fue clara la mueca de enojo de Monreal porque su orden no fue acatada. Su actitud machista, patriarcal es terrible en un partido que se ha destacado por tratar de acabar con este tipo de prácticas, donde la mayoría de sus integrantes, mujeres,han pugnado por dejar de dar prioridad a los “valores” de la belleza física y sí, reconocer las capacidades personales, conocimientos y preparación de mujeres y hombres.
Cómo no olvidar la campaña presidencial del 2012 cuando fueron duramente criticadas, y con razón, grupos de mujeres que anunciaban que votarían por el candidato presidencial del PRI, Enrique Peña Nieto porque, argumentaban, “está bien papucho”. “¡Enrique, bom-bom, te quiero en mi colchón!”, coreaban.
Las críticas a las mujeres que anteponían la “belleza física”de quien posteriormente gobernaría este país dejándolo sumergido en un mar de corrupción eran fuertemente censuradas y con razón.
Desde la izquierda mujeres progresistas lamentaban que otras femeninas anunciaran su voto a favor de Peña sólo porque éste estaba guapo, “pero vacío”, respondían quienes les enojaba que aquella prefirieran al priista por “bonito”sobre la experiencia política y capacidad del entonces candidato del Partido de la Revolución Democrática, Andrés Manuel López Obrador.
Una y otra, y otras tantas mujeres, durante la presencia de Harfuch en la Cámara de Diputados, buscaban aproximarse lo más posible no sólo para presumir en sus redes sociales, con una selfi o, estar cerca del funcionario, sino tambiénpara distinguirse al lado del bien parecido funcionario.
¿Qué pretendía el coordinador parlamentario de Morena, con larga experiencia política, al ordenar a una de ellas que por ser la vicecoordinadora tenía el derecho de quitar a la otra para que saliera en la foto al lado del funcionario?
Fue acto a todas luces machista, pero todavía más, cuando un par de días después las invitó públicamente a darse la mano y a “hacer las paces”, cuando fue él quien provocó el choque.
En tono burlón se atrevió a apodarlas, a denigrarlas cuando las llamó: “Batichicas”, reduciéndolas a dos simples actrices de una serie televisiva de hace muchos años.
“No hubo ningún problema, se trató de una confusión” afirmó socarrón el zacatecano. Supuso -si así lo hizo- que los y las mexicanas creímos que fue un asunto menor y no acto misógino y de un mandamás.
Triste fue haber escuchado el jueves pasado en conferencia de prensa a Gabriela Jiménez, la vicecoordinadora parlamentaria, quien a pregunta de una reportera aceptó que sí le gustó el que Monreal la haya apodado “Batichica”.
-Te gusta el apodo o no?
– Pues sí, sí me gusta, porque la Batichica tiene el pelo negro, es guapa, es intrépida, es una heroína, Entonces ahora yo soy la Batichica que lucha por la justicia.
– Te proyectas en la Batichica. ¿Verdad?
– Claro, soy una heroína y además soy la jefa de la Liga de la Justicia.
Lamentable ver el nivel de esta legisladora como el de Saiden Quiroz con estudios de licenciatura, maestrías, mujeres preparadas que se dejan rebajar, a ser parte de una historieta, una caricatura, y que equiparan al parlamento, al Congreso federal con ciudad Gótica.
Morena como partido y sus grupos parlamentarios deben sentarse a reflexionar el papel que están jugando; un papel penoso, pues no se dan cuenta que cada día que pasa se mimetizan más con el priismo ya decrépito, desdeñado por la población; pareciera que buscan parecerse al priismo que está por morir.
No sólo es lamentable el bailongo con la Sonora Santanera y este evento con el secretario de seguridad, de denigración, auto estima y de frivolidad, sino porque su aporte y trabajo legislativo en general está dejando mucho que desear.
Que no le cuenten…
Ay, Simón, Simón, Simón, por tus mentiras patológicas dejaste en mal a grupos de periodistas anti 4T que festejaban que, según tú, estabas en libertad en Washington y denunciaban el supuesto atentado en tu contra en la capital estadunidense; que el boletín de prensa de la Fiscalía de la CDMX de tú detención por la Interpol en Lisboa era una fake news. Son los mismos que han venido replicando tus mentiras, acusando que eres víctima del gobierno. Lástima, por tu mitomanía hiciste que se exhibieran gacho.

