La manipulación periodística

Por Mario A. Medina 

¿Por qué la versión de que Andrés Manuel López Obrador recibió dinero del Cártel de Sinaloa para su campaña del 2006 no fue utilizada seis años después en el proceso electoral de 2012, cuando dicha información valía oro?

Igual, ¿por qué no se usó en el 2018 para contrarrestar las enormes simpatías que dejaban ver las encuestas que mostraban que AMLO iba arrasar a sus contrincantes del PAN, Ricardo Anaya y del PRI, José Antonio Meade?

¿Por qué hoy sí, en tiempos electorales, tres medios de comunicación, dos portales estadunidenses, y un Alemán (ProPublica, Insigt Crime y DW), con unas pocas horas de diferencia publicaron, con información muy parecida, que para esa campaña le entregaron entre 2 y 4 millones de dólares, “a cambio de la promesa de que en un futuro gobierno de López Obrador toleraría las operaciones del cártel de Sinaloa?”

Era evidente que dicha nota iba a ser reproducida, como lo fue, por un sinfín de medios en nuestro país y comentada por articulistas, columnistas y por políticos para descalificar y golpear políticamente al presidente y a la candidata presidencial de Morena, Claudia Sheinbaum.   

La nota “según documentos oficiales gubernamentales revisados por ProPublica y más de una docena de entrevistas con oficiales estadounidenses y mexicanos”, aseguraba que el dinero habría sido entregado a los asesores de campaña de López Obrador en 2006.

La información firmada por el periodista Tim Golden, en dos ocasiones premio Pulitzer por investigaciones en El Salvador y México, políticamente era mucho más que una nota que merecía las ocho columnas en cualquier medio de México, fue replicada por decenas de veces porque era una oportunidad de golpear con severidad a López Obrador y bajarlo de su nicho de ser un impoluto.  

Quienes reprodujeron la nota, actuaron con falta de profesionalismo y con toda la mala leche del mundo, pues no publicaron una salvedad que a sus lectores les hubiera permitido saber que no había una confirmación plena sobre la acusación, que ellos buscaban destacar, que “El Peje”, es igual de corrupto que los demás.

Sin embargo, hubo un párrafo que tiraba, de algún modo, la versión de que el cártel de El Chapo Guzmán había financiado la campaña del 2006: “La investigación no determinó de manera concluyente si López Obrador había aprobado las supuestas donaciones de los traficantes, ni siquiera si sabía de ellas”, aclaró, el mismísimo Tim Golden.

¿Por qué muchos de los medios, columnistas y articulistas evitaron destacar esto y sólo hablaron del supuesto financiamiento corrupto?

En su mañanera, López Obrador descalificó las notas (origen) que se publicaron en EU y Alemania, y las señaló como “calumnias por la temporada electoral”, al tiempo que responsabilizó al Departamento de Estado de Estados Unidos de estar detrás de las versiones periodísticas.

Toda vez que en la misma nota de ProPublica no había contundencia alguna contra López Obrador, el periodista Jesús García del diario, La Opinión de Los Ángeles, entrevistó al mismo Golden, quien reitero: “no hay evidencias contundentes de que el entonces candidato haya recibido aportaciones del narcotráfico en 2006”.

Fueron muy pocos los medios, articulistas y columnistas que dejaron ver a sus lectores, televidentes, radioescuchas o seguidores en redes esta salvedad. Permitieron que la nota corriera, que se reforzara la versión de que la campaña de López Obrador había sido financiada con 2 millones de dólares. 

Golden dijo al diario angelino que en 2010 la DEA “tuvo la versión de un testigo, Roberto López Nájera, conocido como ´Jennifer´, sobre una reunión en 2006 entre el crimen organizado y políticos que decían representar a la campaña de Andrés Manuel López Obrador”, sin embargo, su versión no tuvo un verdadero sustento que acusaran al actual presidente de México, señaló el mismo Tim. 

De esto, muchos comunicadores no tuvieron el profesionalismo de poner frente a frente las dos versiones.

¿Por qué escondieron esta salvedad? Seguramente para crear la idea de que López Obrador es igual de que corrupto que los demás políticos a los que él descalifica.

Tampoco retomaron, como corresponde, las declaraciones de Mike Vigil, ex jefe de operativos internacionales de la DEA quien le dijo a Obed Rosas, en entrevista, al portal SinEmbargo, que no existen elementos para hablar de que hubiera habido vínculos de Andrés Manuel López Obrador con el crimen organizado.

El largo tiempo que Vigil estuvo al frente de la DEA, porque conoció cómo opera el organismo contra el narcotráfico en Estados Unidos, le permite saber, si pudo o no López Obrador haber recibido todos esos millones de dólares para su campaña.   

Además, como él mismo se dijo sorprendido, ¿por qué filtraron esa versión a ProPublica, Insigt Crime y DW cuando no hay pruebas contundentes?

Habrá que preguntarnos también, ¿por qué los medios de comunicación en México escondieron de que no hubo pruebas contundentes contra AMLO?

¿Será que publicarán que el Departamento de Justicia de EU confirmó que hace 13 años se dio por “concluida” la investigación de la DEA, o sea, que no hay nada contra AMLO?

Que no le cuenten…

El rumor, la mentira y la insidia, efectivamente, fueron herramientas para hacerle la guerra en 2006, 2012 y 2018 a López Obrador y ahora, en 2024, contra Claudia Sheinbaum.