Centro SCOP será complejo cultural

El conjunto mural del Cen­tro SCOP, ubicado en avenida Xola y Eje Central Lázaro Cár­denas, afectado por los sismos de 2017, no será transformado en centro comercial ni en un desarrollo inmobiliario.

El proyecto en curso contempla que esas instalaciones se conviertan en un nuevo complejo cultural que albergará la sala de conciertos más impor­tante de América, un museo y galerías de arte, y previa­mente serán repuestos, sobre columnas o estelas de acero, los murales de José Chávez Morado, Juan O’Gorman, Ar­turo Estrada, Rosendo Soto y Guillermo Monroy, desmontados en­tre septiembre y di­ciembre de 2018.

El mura­lista Ariosto Otero, integrante del Gru­po SCOP, de­talló que la idea de convertir el conjun­to mural del Centro Scop -donde se ubicaba la Secretaría de Co­municaciones y Transportes hasta el temblor del 19 de septiembre de 2017- en una gran sala de conciertos no es una idea al aire, sino un proyecto serio, formulado por el secretario de Cultura de la Ciudad de México, Alfonso Suárez del Real.

“Confiamos en que la res­puesta será generosa para el proyecto de protección de los murales. De hecho, acabamos de tener una reunión impor­tante, el jueves pasado, con el secretario de Cultura local, Alfonso Suárez del Real, quien ya habló con el secretario de Comunicaciones y Transpor­tes, Javier Jiménez Espriú, y el alcalde de Benito Juárez, San­tiago Taboada”, dijo.

Otero detalló que en días pasados envió una carta al presidente Andrés Manuel López Obrador, solicitando su apoyo para la recuperación de dichos murales, y ade­lantó que la próxima sema­na buscará una reunión con la secretaria de Cultura fede­ral, Alejandra Frausto, y la ti­tular del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), Luci­na Jiménez, quienes no se han pronunciado sobre el tema.

Recordó que desde hace 40 años que se construyó la sala Ollin Yoliztli no se ha vuelto a eri­gir ninguna sala de conciertos. “Enton­ces, la idea es que ese lugar lo ocupe la sala de conciertos más importante de América, y alrede­dor de ella un cen­tro cultural”.

La idea es que los murales “se conserven igual, en el mismo sitio y con la misma topografía, sin que se mueva una piedra, además de montar los que bajaron; y para eso se necesita cortar los esqueletos de los edificios dañados para que queden sostenidos sobre grandes es­tructuras, en una especie de costillares, que darán la apa­riencia de grandes estelas”, detalló.

Sobre la remoción de los murales, indicó que fue suspendida desde diciem­bre. “Eso está detenido y ya no pueden hacerlo, porque el contrato se venció el 30 de diciem­bre. Pero si estuvieran reti­rando partes del mural sería un atentado, estaría penado (…) estamos seguros de que ni el INBA ni la SC serían cóm­plices de tal aberración”.

Dijo que, según las cifras disponibles, la empresa retiró dos mil placas de los murales, las cuales fueron numeradas, registradas y resguardadas en el mismo espacio. “Del quinto piso para abajo no pueden to­car los murales, porque éstos van directo al muro y tendrían que derrumbarlo para retirar las piedras”.