Trump amenaza, Claudia enfrenta, ¿y Morena?
Por Mario A. Medina
Fue muy importante escuchar de voz de la presidentA Claudia Sheinbaum su rechazó a las acciones asesinas -esto lo digo yo- de embarcaciones en el Caribe y en el Pacífico por parte del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump.
“Obviamente no estamos de acuerdo. Hay leyes internacionales de cómo tiene que operarse frente a un presunto transporte de droga de manera ilegal o de armas en aguas internacionales y así lo hemos manifestado al gobierno de Estados Unidos y públicamente”, dijo la mandataria mexicana.
El pasado miércoles, el secretario de Guerra de EU, Pete Hegseth, informó que la Marina de su país había realizado dos ataques más contra presuntas narcolanchas cerca de Colombia, en el Pacífico, que dejó como saldo de cinco muertos. Ya suman nueve embarcaciones que han sido atacadas por los EU.
De inmediato Trump declaró que su administración estaba lista para llevar operaciones contra el narcotráfico a tierras colombianas, y que si decidía dar el paso se lo notificaría al Congreso por tratarse de un problema de “seguridad nacional”.
Desde luego que es de primera importancia la declaración de Sheinbaum, porque está mandando un mensaje de soberanía al rechazar dicha acción asesina contra un país hermano, pero al mismo tiempo de solidaridad con el presidente de Colombia Gustavo Petro, a quien Trump lo acusó de ser un “matón y un mal tipo”. Todo por no alinearse a sus designios, pero al mismo tiempo de protección propia.
Sin prueba alguna Trump acusa a Petro de fabricar “muchas drogas”, al tiempo que busca provocar malestar entre la población colombiana cuando busca atizar, generar inconformidad, al decirle a ésta que Petro les “ha hecho mucho daño a su país” (y que por eso) “les está yendo muy mal”.
Apenas este jueves, nuevamente la verborrea trumpista se oyó, repitió que quienes verdaderamente gobiernan a México son los cárteles del narcotráfico, al tiempo que advirtió que EU “matará sin permiso del Congreso a los narcos en América Latina”; aunque el objetivo primario es acometer contra el gobierno venezolano de Nicolás Maduro.
Es claro que su propósito va más allá de sólo amedrentar a aquellos gobiernos de izquierda que Washington ve con malos ojos, por lo que no es descartable una acción de las fuerzas armadas estadunidenses contra cárteles en territorio nacional.
En este sentido cobra fuerza lo dicho por la mandatariA: “Obviamente no estamos de acuerdo (…). Hay leyes internacionales (…) y así lo hemos manifestado al gobierno de Estados Unidos y públicamente”.
Claudia Sheinbaum ha sido cuidadosa de no entrar en confrontación directa, de no chocar con Trump como sí lo hizo su homólogo de Colombia que, hay que reconocerle a éste, ha actuado de manera digna frente a un personaje que se concibe como el rey del planeta.
Sin embargo, es claro que vivir al lado de la principal potencia del mundo, es otra cosa y hay que actuar de manera distinta, pero digna, como lo ha venido haciendo Claudia frente a Trump.
De la confrontación del presidente Petro con Trump, Claudia dijo que “cada quien tiene sus formas de dirimir sus diferencias (…) y cada quien elige la forma de relacionarse con EU”, pero de alguna manera al rechazar las acciones belicistas contra embarcaciones Venezuela y/o de Colombia, está rechazando cualquier acción similar aquí, como las que ha advertido podría ordenar el inquilino de la Casa Blanca.
Si bien, se supone que la CIA ya no opera en México, es claro que hay varios personajes, políticos, periodistas, empresarios que trabajan para dicha agencia, tratando de crear percepciones mayores de inseguridad, incertidumbre, miedo, un caldo que desea Trump.
Si bien en ambos países y en el mundo se ha reconocido ampliamente el papel que ha jugado Claudia frente a un buleador como Trump, al interior de Morena pareciera que hay ceguera y sordera sobre lo que está enfrentando la presidentA.
Es claro que no se puede esperar un mensaje de apoyo a Sheinbaum de parte del PRI o del PAN o de grupos empresariales; sí, de políticos, de legisladores, incluso de periodistas, quienes estarían sugiriendo y hasta suplicando a Trump ordene una intervención yanki.
Es muy lamentable que no hayamos oído la solidaridad con la presidentA de parte de la dirigencia nacional de Morena. No han salido a dar la cara en una suerte de pararrayos que cubran a la mandataria. El silencio de Morena es preocupante; no han tenido la sensibilidad política de abrazar, de cubrir a su principal insignia hoy. ¿Dónde está Morena?
Que no le cuenten…
¿Qué busca Héctor Aguilar Camín en sus cuatro entregas (“Historias de opresión y libertad”) de esta semana que termina en Milenio Diario? ¿Cuál es el propósito de su narrativa, de describir la opresión, censura, reclusión que vivieron personajes como Václav Havel en la desaparecida Checoslovaqia, condenado a cuatro años en la cárcel? ¿Del dramaturgo soviético Mijaíl Bulgákov, “expulsado del teatro y de la vida literaria por el propio Stalin”? ¿De la “primera maduración de la dictadura salazarista” de Lisboa? De la misma suerte que corrieron los poetas Ósip Mandelstam y Alexander Solzhenitsyn. El primero detenido, recluido y desterrado a la ciudad de Voronezh, por haber descrito a Stalin en un poema como “un verdugo que ríe con una frambuesa de sangre en los labios”, y al segundo preso del Gulag. pero que “vivió para ver triunfar su visión sobre el régimen que odiaba”.
Camín busca crear parangones, percepciones, rechazo. Que el ahora y aquí se parece a aquel régimen stalinista de miedo, de persecución, de censura; que escritores como él viven opresión pero que un día van a triunfar frente al régimen que hoy gobierna México.

